Por: Felipe Villafaña
Justo dentro de una semana, será el inicio formal de las campañas electorales de quienes buscan ser diputados locales, presidentes municipales, síndicos y regidores; son unos ocho mil ciudadanos en competencia que representarán un gasto superior a los 200 millones de pesos.
De hecho, en las redes sociales y algunos espacios físicos es evidente la publicidad de los partidos políticos, de los contendientes y algunas viejas frases, o fotografías del aspirante.
Desde hoy, prácticamente, hay una serie de campañas adelantadas, con supuestas encuestas a ciudadanos en edad de emitir su sufragio el próximo seis de junio.
Campañas diferentes las del año 2021 con una previsión del 54 por ciento de ausentismo del votante en las urnas, porque la sociedad no ve los cambios (incluso de actitudes) dentro de las instituciones, en un país sumido en una crisis financiera.
¿Qué se espera de la próxima contienda electoral?.
Lejos de la emoción de hace tres años, esta definición de rumbo de gobierno estará en la sociedad que ya no se la cree con una despensa regalada y algunos artículos domésticos.
En las calles del estado se vislumbra un auténtico abstencionismo, provocado por los mismos partidos políticos, quienes estuvieron escondidos cuando realmente la sociedad los necesitó.
Hoy, las instituciones políticas como la propia autoridad electoral están bajo el cuestionamiento social, al igual que algunos candidatos ligados al pasado reciente en actos de corrupción.
¿Cómo van a llegar al votante los partidos políticos, cuando siendo gobierno no respondieron ni responden a las demandas más sentidas de una sociedad en hartazgo?.
¿Cuál es el candidato que realmente podrá responder a tres temas prioritarios para los morelenses y avecindados de buena fe, con reclamos como el de la seguridad, empleo y mejores servicios públicos?.
El hartazgo social es evidente en tiempos de pandemia, en momentos donde por la falta de apoyo oficial la micro, pequeña y mediana empresa siente los estragos de la crisis financiera y eso provoca que aumente el desempleo y aumenten los delitos de alto impacto.
Con el paso del tiempo, el ambulantaje crece, los micronegocios dedicados a la venta de comida, de chatarra y otros productos, personas en edad productiva tienen que buscar medidas alternas para el sustento diario y a cambio se les llama pomposamente: emprendedores.
Bajo las reglas de la nueva modalidad, los candidatos a un cargo popular se encontrarán con una sociedad molesta, con cientos de adultos mayores en calidad de calle, al igual que niños y adolescentes, mendigando una moneda.
Los candidatos a cargos de elección popular locales no tendrán una campaña electoral fácil, porque vendrán los reclamos, quienes les cierren las puertas y hasta quienes los insulten.
Cierto será un proceso electoral diferente, dentro del que los jóvenes mostrarán su ausentismo en las casillas porque no ven futuro en el país y los que tienen la oportunidad de ser universitarios contemplan salir al extranjero en busca de mejores condiciones de vida. Por hoy es todo.